El curso pasado leímos Yo, robot, un libro ambientado en un futuro cercano en el que las leyes de la robótica controlaban los cerebros positrónicos que imaginó Asimov. Pero terminamos el curso entrando en una Biblioteca transformada en máquina del tiempo, que nos ha trasladado a algún lugar donde el sol calienta sin tregua al mediodía mientras los mozos se afanan en los campos y unas mujeres vestidas de negro se abanican encerradas entre paredes encaladas. Te preguntarás cuál es el destino de este viaje, y no es otro que el Universo de Lorca, un sitio entre tu imaginación y los olivos de Granada, donde vamos a pasar los próximos meses.
Allí descubriremos un teatro que pone en escena todo un abanico de emociones humanas y que da voz a aquellos y aquellas que no la tenían.
Y será un lugar lleno de poesía y de tradiciones, de cante jondo y romances, de paisajes rurales llenos de luz y ciudades de rascacielos, de escenas surrealistas, de cine, de pintura, de residencias de estudiantes y de escritoras sin sombrero.
Acto Primero. Cuadro I. Se abre el telón...
