sábado, 30 de noviembre de 2019

Lecturas en el WC


La biblioteca presenta lecturas para momentos 


íntimos...



En 2003 escribí una novela titulada La flor púrpura, sobre un hombre que, entre otras cosas, pega a su mujer, y cuya historia no termina demasiado bien. Mientras estaba promocionando la novela en Nigeria, un periodista, un hombre amable y bienintencionado, me dijo que quería darme un consejo. (Los nigerianos, como quizás sepan, siempre están dispuestos a dar consejos no solicitados.)

Me comentó entonces que la gente decía que mi novela era feminista, y que el consejo que me daba y me lo dijo negando tristemente con la cabeza-era que no presentara nunca como feminista, porque las feministas son mujeres infelices porque no pueden encontrar marido.

Así que decidí presentarme como “feminista feliz”.

Por aquella época una académica, una mujer nigeriana, me dijo que el feminismo no era nuestra cultura, que el feminismo era antiafricano, y que yo solo me consideraba feminista porque estaba influida por los libros occidentales. (Lo cual me pareció divertido porque gran parte de mis lecturas de juventud eran decididamente antifeministas: antes delos dieciséis años debí de leer todas las novelas románticas de Mills & Boon que se habían publicado. Y cada vez que intentaba leer los que se consideraban “textos clásicos del feminismo” me aburría y me costaba horrores terminarlos.)

En cualquier caso, como el feminismo era antiafricano, decidí que empezaría a
presentarme como “feminista feliz africana”. Luego una amiga íntima me dijo que presentarme como feminista significaba que odiaba a los hombres. Así que decidí que iba a ser una “feminista feliz africana que no odia a los hombres”. En un momento dado llegué incluso a ser una “feminista feliz africana que no odia a los hombres y a quien le gusta llevar pintalabios y tacones altos para sí misma y no para los hombres”.

Por supuesto, gran parte de todo esto era irónico, pero lo que demuestra es que la palabra “feminista” está sobrecargada de connotaciones, connotaciones negativas.

Odias a los hombres, odias los sujetadores, odias la cultura africana, crees que las mujeres deberían mandar siempre, no llevas maquillaje, no te depilas, siempre estás enfadada, no tienes sentido del humor y no usas desodorante.


Chimamanda Ngozi Adichie


miércoles, 13 de noviembre de 2019

Club de Teatro 2.0

Por segundo año el alumnado del Club de Teatro se reúne en los recreos para crear y ensayar sus obras. Hoy calentaban motores para las actuaciones de la próxima semana en “Navidad de los cuentos”. ¿Qué nos tendrán preparado? ¡Bravo por todos ellos!





domingo, 10 de noviembre de 2019

CALENTANDO MOTORES NAVIDEÑOS



Ahora que ya se pasó la resaca de Difuntos, con la satisfacción de todo lo conseguido y bastantes ideas para mejorarlo en Navidad, llega el momento de ponerse de nuevo manos a la obra.

Surgieron buenas propuestas en la reunión del pasado miércoles. Las repasaremos y propondremos otras en la próxima reunión de pasado mañana. Pero hay una que es fundamental para que todo esto funcione:
ACTIVAR LOS EQUIPOS DOCENTES DE BBTK

Cada clase tiene un equipo de profesores que pertenece a este grupo de biblioteca. Es prioritario que todos se pongan de acuerdo sobre QUÉ va a hacer esa clase en Navidad y contribuyan dentro de sus posibilidades a ofrecer un producto decente en la biblioteca. Y es fundamental que la organización del evento conozca esa información para poder montar eficientemente cada una de las doce sesiones. Para ello el blog es una buena heramienta:  nos permitirá a todos conocer qué estamos haciendo y servirá para que los equipos construyan su propuesta juntos.

Difuntos nos ha enseñado que todo esto no es sencillo, pero que se puede conseguir con un cierto compromiso. Nosotros vamos a afrontarlo y a mejorarlo, porque Difuntos también nos ha enseñado que sabemos hacerlo.
La Navidad de los Cuentos o ¿Qué es para ti la Navidad? tendrá lugar entre el 17 y el 20 de Diciembre. Tenemos poco más de cuatro semanas con un puente de por medio. No es mucho, pero es suficiente este equipo.

Podéis explotar vuestra creatividad y la de vuestros alumnos al máximo y todos los que estemos allí presentes os lo agradeceremos.

GRACIAS




A UN GRAN EQUIPO

POR LOS DIFUNTOS 2019
y

 POR PONER SUS GANAS Y SU INTELIGENCIA AL SERVICIO DE ESTA EXPERIENCIA EDUCATIVA

Lecturas en el WC

Cuentan que una vez se reunieron en un lugar de la Tierra todos los sentimientos y cualidades de los hombres. Cuando el Aburrimiento había bostezado por tercera vez, la Locura, tan loca como siempre, les propuso: ¿Jugamos al escondite?
La Intriga levantó su ceja arqueada, y la Curiosidad, sin poder contenerse, preguntó: ¿Al escondite? ¿Cómo se juega?
Es un juego, explicó la Locura, en el que yo me tapo la cara y comienzo a contar desde uno hasta un millón. Mientras tanto ustedes se esconden y cuando yo haya terminado de contar, el primero de ustedes que yo encuentre ocupará entonces mi lugar para continuar así el juego.
El Entusiasmo bailó secundado por la Euforia. La Alegría dio tantos saltos que terminó por convencer a la Duda e incluso a la Apatía; a la que nunca le interesaba nada. Pero no todos quisieron participar, la Verdad prefirió no esconderse, ¿para qué?, si aunque me vean nunca me encuentran.
La Soberbia opinó que era un juego muy tonto, aunque en el fondo lo que le molestaba era que la idea no se le hubiese ocurrido a ella. Y la Cobardía prefirió quedarse al margen para no arriesgarse.
Uno, dos, tres …, comenzó a contar la Locura.
La primera en esconderse fue la Pereza, que como siempre se dejó caer detrás la primera piedra que se encontró en el camino. La Fe subió al cielo y la Envidia se escondió tras la sombra del Triunfo, que con su propio esfuerzo había logrado subir a la copa del más alto pino. La Generosidad casi no alcanzaba a esconderse, pues cada sitio que hallaba se lo cedía a alguno de sus amigos: que si un lago cristalino, ideal para la Belleza; que el vuelo de la mariposa, lo mejor para la Voluptuosidad; que si una rendija de un árbol, ideal para la Timidez; que si la ráfaga del viento, magnífico para la Libertad. El Egoísmo encontró un sitio muy bueno, ventilado y cómodo, pero sólo para él. La Mentira se escondió en el fondo de los océanos; mientras que la Pasión y el Deseo se ocultaron dentro de los Volcanes. El Olvido… no me acuerdo dónde se escondió, pero eso no es lo importante.
Cuando la Locura llegó a 999,999, el Amor no había encontrado todavía un lugar donde esconderse, pues todo estaba ya ocupado. Al final, en un rincón del jardín encontró un rosal lleno de espinas, y como se pudo imaginar, nadie se había ocultado allí.
¡Un millón…! Contó la Locura y comenzó a buscar.
La primera en aparecer fue la Pereza, a tres pasos de una piedra. Después se escuchó a la Fe hablando acaloradamente con Dios en el cielo sobre teología. Y a la Pasión y el Deseo los sintió en el vibrar de los volcanes. En un descuido encontró al Triunfo y, claro, pudo enseguida deducir dónde estaba la Envidia.
Al Egoísmo no tuvo ni qué buscarlo, solito salió disparado de su escondite, pues había resultado ser un nido de avispas. De tanto caminar sintió sed y al acercarse al lago descubrió a la Belleza, y con la Duda resultó más fácil todavía, pues la encontró sentada en una cerca sin decidir de qué lado esconderse.
Así fue encontrando a todos. Al Talento entre la hierba fresca, a la Angustia en una oscura cueva, a la Mentira detrás del arco iris… (¡mentira!, ella se ocultó en el fondo del océano) y hasta al Olvido,
que ya no se acordaba que estaban jugando al escondite.
Pero al Amor, al Amor no lo pudo encontrar por ninguna parte. La Locura buscó detrás de cada árbol, en cada arroyuelo del planeta, en la cima de las montañas…, y cuando estaba por darse por vencida divisó un rosal con bellas rosas rojas que lo adornaban. Con poco cuidado comenzó a mover sus ramas pues por ser loca no tenía miedo a las espinas. Cuando de pronto, un doloroso grito se escuchó: las espinas habían herido los ojos del Amor. La Locura no sabía qué hacer para disculparse. Lloró, imploró, pidió perdón y hasta prometió ser su lazarillo.
Desde entonces; desde que por primera vez se jugó al escondite en la Tierra, el amor es ciego y la locura siempre lo acompaña.
P. Lucas Prados